Saludos,
Seguimos con el informe de La III Batalla del Paso del Fuego Negro. Hoy, con el segundo turno. ¿Cuantas unidades pielesverdes llegarán al combate? ¿Resistirán los regimientos imperiales la que se les viene encima? ¿Podrá contener sus nervios el conde Leitdorf? ¡Vamos con ello!
Turno 2 Orcos
El estruendo de la batalla era ya ensordecedor. Los karros aplastaban a los humanos como a la hierba y los trolls se lo estaban pasando en grande pegando a diestro y siniestro con sus mazas. El chamán que se encontraba al lado de Vorag le aseguró que todo marchaba según lo previsto. Muchos de sus guerreros ya estaban combatiendo contra los humanos, y las descargas de pólvora no parecían suficientes para detener a tantos chikoz. Estaba convencido que las promesas de pillaje si conseguían la victoria contribuían a ello.
No obstante, desde esa posición elevada le pareció vislumbrar como un grupo de gigantes era rodeado por algo parecido a un enjambre de figuras negras, envueltas de un aura espectral y que se subían por las grandes piernas y brazos y no dejaban de azotarles con sus mayales. No pudo evitar reírse por la situación, pero luego comprendió que estos humanos estaban luchando recurriendo a más allá de lo que tenían, y que sus muchachos tenían que espabilar.
Vorag dejó de masticar patas de snotling y cogió el hacha y el escudo. No hizo falta que diera ninguna orden para que su escolta de orcos grandotez montara en los jabalís y empezara a adentrarse entre los árboles. Los debiluchos estaban siendo aplastados, y Vorag no se iba a perder la fiesta.
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Panorámica del flanco oeste una vez resueltas las cargas |
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Más imágenes a vista de pájaro |
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El resto del centro. Los orcos parecen lejos de los regimientos imperiales, pero no lo están tanto... |
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Combates alrededor de las ruinas del Templo de Sigmar |
Los Orcos habían sufrido algunas bajas en la fase de disparo imperial, pero las amenazas inmediatas para los humanos (karros y gigantes) habían aguantado la lluvia de proyectiles más o menos indemnes. Para regocijo de los pielesverdes llegó el momento de las cargas, efectuándose nada más y nada menos que 14 de ellas.
En el flanco oeste, los karroz goblins y los trolls cargaron contra un regimiento de arqueros, mientras la serpiente alada y los jinetez de lobo hacían lo propio con unos arcabuceros. El kaudillo orco que había sobrevivido a la destrucción de su unidad se unió a los jinetez de jabalí que tenía justo al lado, y los orcos decidieron concentrar aún más jabalinería contra Leitdorf, entrando por el flanco el temible Vorag con su unidad de 39 jinetez orcos grandotez, más otra unidad de 10 jinetez que reforzó la línea pielverde. Era pronto por la mañana y a los imperiales ya se les atragantaba el café.
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El apurado flanco averlandés |
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Vorag aparece y muchos imperiales desaparecen |
Yendo hacia el centro, los orcos negros cargaron para apoyar a la serpiente alada en su combate contra los halflings. Justo al lado, los gigantes cargaron a los arqueros halflings, que huyeron pero no lo suficiente (¡2 pulgadas!) y fueron aniquilados, con los imperiales sudando para superar los pánicos en área, aunque todos fueron superados excepto el de una olla caliente.
Las vagonetas snotling llevaron a cabo una carga larguísima, estampándose contra los arcabuceros de Stirland. Muy cerca, los jinetez de lobo y los gigantes probarían suerte contra las potenciadas unidades (por el aura del altar de guerra) de halflings y flagelantes, respectivamente. No obstante, un regimiento de orcos no pudo hacer lo propio y falló su carga contra el tanque a vapor.
Más al este, los orcos que estaban huyendo no lograron reagruparse, aunque no llegaron a salir del campo. Los jinetez de lobo sí lo consiguieron, y los trolls y el karro orco que estaban justo delante suyo consiguieron cargar al regimiento de 60 espadachines de Ostermark. La última carga pielverde fue por parte de tres karroz orcos a los flagelantes.
Os preguntaréis, ¿algún regimiento imperial podía aguantar y disparar ante tantas cargas, no? En efecto, y el único que hizo algo y a lo grande fueron los arcabuceros de ese mismo flanco, cargándose a un karro goblin y haciendo huir a los demás por pánico hasta casi el extremo del tablero al atravesar a otras unidades.
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Pep girando los 1 a la que Marc no se da cuenta |
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Un resultado ciertamente previsible |
La fase de magia de los orcos fue algo más efectiva que en el primer turno, consiguiendo potenciar con un +1R a los trolls del flanco oeste y a los karros del flanco este, además de lanzar el equivalente al Rebaño de Muerte contra un par de unidades de arcabuceros, hechizo que no causó muchas bajas pero que obligaba a disparar con un molesto -1 al impactar a las unidades hasta que efectuaran al menos un movimiento. En el centro el tanque a vapor recibió una lluvia de fuego (¡38 impactos!) pero Sigmar escuchó a tiempo a los imperiales y el tanque solo recibió una herida.
En la fase de disparo las máquinas de guerra del flanco oeste consiguieron acabar el trabajo iniciado el turno anterior destruyendo el gran cañón de Averland y provocando un chequeo de pánico a una unidad de arqueros que decidieron que ya tenían suficiente y se largaban para casa. En el centro y el este los disparos fueron algo más tristes, concentrándose en los tanques a vapor pero solo provocando una herida a cada uno de ellos. Los batidores fueron nuevamente objeto de los proyectiles orcos, quedando solo uno con vida y huyendo de nuevo.
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La magia pielverde afecta a las unidades de disparo imperiales |
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El ya mítico Batidor refunfuñando un "¡no he dicho mi última palabra!" |
En la fase de combate los resultados fueron bastante dispares para los pielesverdes. En el oeste, los karroz y los trolls aplastaron a los arqueros y arrasaron hasta los ballesteros y los arcabuceros, respectivamente; lo mismo que la serpiente y los jinetez de lobo con los otros arcabuceros, pegándose en su caso contra los lanceros y alabarderos. Cuatro unidades de Averland eliminadas en un turno, y se oían los primeros gritos de ¡socorro! procedentes de ese flanco.
Por otra parte y, como era previsible, la llegada de los orcos negros fue demasiado para los halflings, que sufrieron un torrente de bajas, huyeron y suerte tuvieron de no ser alcanzados por la serpiente alada en la persecución subsiguiente.
Pero fue en el centro donde hubo más fuegos artificiales: después que las Vagonetas se pegaron de lo lindo con los arcabuceros, sin llegar a desmoralizarlos, los cuatro gigantes atacaron con 26 ataques a los flagelantes… y acabaron con 7 de ellos. “Bueno, nos quedan los golpetazos”, dijeron. No contaban que los flagelantes responderían y, sencillamente, ¡LOS ANIQUILARÍAN! Hay que decirlo todo, y sumar el Odio, repetir para herir, especial de 5+ y que los gigantes tuvieran un -1R de la fase de magia anterior. Pero las caras desencajadas de los presentes reflejaron la locura de esta partida.
Huelga decir que los halflings con lanza situados al lado acabaron sin despeinarse con los jinetez de lobo (habían recibido los mismos bonos que los flagelantes). Por último, en el este cayeron una veintena de espadachines, que aguantaron y se llevaron por delante a un gigante. Los karroz orcos también pasaron por encima de muchos flagelantes pero también se llevaron lo suyo.
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Exacto, justo ahí es por donde cargaron cuatro gigantes. Y como podéis comprobar, ya no están |
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El centro imperial al final del turno 2 orco |
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Martí urdiendo artimañas para salvar el combate |
Turno 2 Imperial
El choque había sido brutal, y muchos regimientos imperiales estaban sufriendo bajas importantes. A pesar de todo, se mantenía la disciplina, y solo un par de unidades perdieron la moral antes de ver caer a todos sus hombres. Los artilleros estaban haciendo su trabajo y con su puntería estaban consiguiendo abatir a muchas de las temibles bestias aladas que revoloteaban ante la línea. La fe también aportaba su parte, con el Altar de Guerra inspirando fervor a la tropa para que luchara contra unos enemigos temibles con un valor sobrehumano.
Desde el peñasco, Karl Franz cavilaba cual sería el mejor momento para contracargar, pero la respuesta le llegó antes que él lo tuviera que decidir, en el instante en que observó como un joven tiznado de pólvora y con el caballo herido llegaba hasta su posición. Mientras la Reiksguard le ayudaba a descabalgar, Kurt Helborg le acercó el despacho que el mensajero traía consigo. La carta estaba firmada por el mismo Leitdorf: tenían a lo peor de la horda encima, sus soldados estaban siendo fuertemente presionados y solicitaba ayuda cuanto antes.
Justo al levantar la cabeza del pergamino se oyó un nuevo estruendo. Girando la cabeza al extremo izquierdo del campo de batalla, contempló como una gran unidad de orcos montados en jabalís llegaba por sorpresa, dispuestos a arrasar a los soldados de Averland. Al frente había el mayor orco que Karl Franz hubiera visto nunca. Era indudable que se trataba del Kaudillo que comandaba la horda, y que con su presencia la mantenía unida.
Sabía lo que había que hacer y no había tiempo que perder. El Emperador emplazó los Maestres de las Órdenes de Caballería a que coordinaran sus contragargas en el centro y en el este, mientras la Reiksguard formaba como un solo hombre. Al llegar al frente de la fila, miró a Kurt y este asintió: estaban preparados.
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"Soy Karl Franz. Soluciono problemas" |
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A nosotros de pequeños nos daban tres: el centro es reforzado con regimientos de
Caballeros del Sol Llameante, Caballería Pesada Mercenaria y Caballeros Pantera |
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Las veteranas tropas de Altdorf permanecen impasibles ante el avance orco |
Los imperiales habían aguantado el aluvión de cargas en general de forma más o menos decente, y sus generales no efectuaron tantas cargas como los orcos porqué, o bien algunos regimientos que habrían querido no tenían la opción, u otros se encontraban ya bien situados ante el enemigo.
En el flanco oeste los flagelantes estaban bastante lejos de los karros orcos, pero no perdían nada por intentarlo y consiguieron cargarles. En el centro no hubo cargas, pero varias unidades avanzaron su posición (ver diagrama) para bloquear a las unidades pielesverdes y dejar espacio a la entrada de refuerzos. Por último, en el este los lanceros de Ostermark apoyaron el combate que libraban los espadachines y el jinete de grifo hizo lo propio contra el karro orco que luchaba contra los flagelantes.
Los mensajes de auxilio de Jaume llegaron a los otros generales, y los imperiales acordaron hacer llegar la caballería al campo de batalla, aunque por cuestión de espacio no entraron todos por donde hubieran preferido. En el oeste apareció la imponente unidad de Caballeros de la Reiksguard, comandados por el Emperador; en el centro, tres unidades de 15 caballeros reforzaron una línea que ya tenía mejor cara; en el este, unos caballeros de semigrifo entraron por la línea imperial y otra unidad de caballeros accedió al campo de batalla por el camino.
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Jaume nos señala que el tema está bastante jodido |
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El combate en el centro prosigue |
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Las buenas gentes de Altdorf siguen gastando pólvora |
La fase de magia imperial fue bastante pobre. El hechicero de la unidad de milicianos fijó su atención en la unidad de trolls y convocó una Bola de Fuego que pulverizó a un troll e hirió a otro. En el centro los hechiceros goblins despertaron y consiguieron dispersar las plegarias y hechizos celestiales, mientras que en el este los hechiceros humanos siguieron descargando su ira a base de proyectiles mágicos, provocando cinco heridas al Ídolo de Gorko.
Por contra, los disparos volvieron a resultar tremendamente efectivos para los humanos. En el oste, los arqueros y ballesteros de las compañías libres, queriendo impresionar al recién llegado Karl Franz, acabaron con una serpiente alada en una sola andanada espectacular. En el centro cayó otra serpiente y dos de los gigantes que ya se encontraban en la zona de despliegue imperial. Algunas unidades pielesverdes sufrieron bajas pero mandó la disciplina (no os queda duda que a base de tortas) y nadie huyó.
La fiesta de disparos continuó en el este, donde cayeron ¡otras dos serpientes! Los imperiales tuvieron bastante suerte de quitarse de encima a estas bestias, ya que casi todas se encontraban en situación de atravesar la línea en el siguiente turno y cargar contra las máquinas de guerra. Por si esto fuera poco, unos orcos no soportaron la presión y huyeron por pánico, provocando la huida de una unidad de goblins, atravesando los karros goblins (que ya estaban huyendo) y saliendo de la mesa. El flanco este había cambiado radicalmente de aspecto en un abrir y cerrar de ojos.
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Mientras los halflings huyen, los gigantes avanzan... |
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...a la vez que son objeto de todo el fuego posible por parte de los imperiales, quedando solo uno ante los ballesteros |
En la fase de combate, los karros goblin del flanco oeste siguieron su festín, haciendo huir a los ballesteros, que arrastraron por pánico a los espadachines y a un Hechicero Brillante, reorgánizandose para continuar la devastación imperial de la línea en el próximo turno. Glups.
En el mismo flanco, los trolls estaban en disposición de hacer lo mismo contra los arcabuceros, aplastando a 14 de ellos, pero Sigmar apareció de nuevo y los dados rodaron un doble 1 en el chequeo de liderazgo para salvar al menos momentáneamente la situación. La serpiente alada perdió el combate contra los lanceros pero aguantó, socavando un poco más el ánimo imperial al acabar con el Gran Hechicero del Colegio Dorado.
Los generales humanos salvaron los muebles con los alabarderos haciendo huir a los lobos y con los flagelantes sufriendo unas bajas "aceptables" contra los karros, a los que no pudieron hacer prácticamente nada al tener un +1R. En el centro apenas hubo un combate, donde los arcabuceros parecieron hacer buen uso de las culatas y bayonetas de sus armas, dejando a la vagoneta con una herida.
Y llegamos al gran combate del flanco este, en el que el karro orco y dos gigantes lucharon contra más de cien humanos. A pesar de tumbar a un gigante y de añadir todos los bonos imaginables (filas, estandartes, carga, carga por flanco con filas…) las bajas que provocaron los pielesverdes les dieron de nuevo la victoria. Los imperiales aguantaron y los lanceros, que habían cargado por el flanco, llevaron a cabo una reorganización muy poco habitual: pasar de estar trabado por el frente a dar el flanco, en previsión de las cargas múltiples que los orcos iban a declarar en el próximo turno. Con esta sorprendente maniobra se puso fin al turno 2.
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Jordi enseñándonos como se juega a esto con la astuta reorganización de los lanceros
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Las tornas cambian en el flanco este |
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POR MORKO!! que alguien destruya ese altar!!! no quiero ni ver esa caballeria con los bonos del altar :(
ResponderEliminarmenos mal que llega err jefe q sino....
Jajaja, pues sí, ojo al Altar! Cuando entran los bonos se pueden levantar combates de forma increíble
EliminarEstoy disfrutando como un enano con el informe de batalla, mis más sinceras felicitaciones, como partida (por minis, pintura, preparación etc.) Y como informe, está curradísimo (mención especial los comentarios de las fotos, me parto la caja, en serio).
ResponderEliminarEspero impaciente al resto del informe.
Un par de apuntes:
Qué perfil habéis usado para Vorag Quijada de hierro?
Y otra, sin querer entrar en polémicas, pero me tiro al charco ¿qué os ha parecido el sistema de the ninth Age implementado a Warhammer Fantasy?
En mi grupo de juego es lo que estamos haciendo, y aunque se echan en falta cosas como la magia pielverde estamos muy satisfechos sobre todo porque deja poco margen par ainterpretaciones y todo queda muy clarito.
Un saludo
Gracias por tus palabras Gorfang :) Me alegro que lo disfrutes, que también lo hacemos nosotros tanto al jugar la batalla como transcribiéndola!
EliminarRespecto al perfil de Vorag y los otros personajes especiales, los podemos colgar al final del informe si os interesa, por supuesto.
Y en cuanto a Ninth, faltaría más, ninguna polémica! Y te diría lo mismo: en las conclusiones del informe comentaremos las impresiones que nos dejó a nivel de una partida tan grande ;)
Menudo alubion de tortas! Y solo en el segundo turno ya han sucedido varias cosas impresionantes. A ver que depara el resto de la batalla!
ResponderEliminarLanzo un spoiler: más y más y más tortas! Jeje gracias Mikel!
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