Saludos,
Con algunos días de retraso, pero por fin podemos subir el turno 5. Recapitulemos: ambos bandos están sufriendo bajas terribles, en un combate cuerpo a cuerpo se han eliminado mutuamente dos grandes comandantes, el líder humano se encuentra en serios apuros, y la cerveza se nos está terminando. Seguid leyendo si queréis saber qué es lo que nos lleva hasta el final de la contienda...
Turno 5 Orcos
La situación a lo largo del campo de batalla presentaba un panorama igualado. Por un lado, los orcos habían tiznado el lado oeste de la ladera con la sangre de los averlandeses, y se estaban dedicando a perseguir a los superviventes y arrinconar a un atolondrado Karl Franz.
Por otro lado, la contracarga de caballería había arrollado la parte central del campo, pues muchas de las unidades pielesverdes habían sido diezmadas o corrían en desbandada y con las unidades de caballería imperiales empujando para llegar hasta el otro lado del campo de batalla.
En el lado este, y después de encarnizados combates múltiples en que las bajas se contaban por decenas cada turno, el Imperio se habían impuesto momentáneamente, a costa de muchas bajas, pero con unidades pielesverdes pudiendo cargar, esto no estaba ni mucho menos decidido...
 |
Clic con el botón derecho para abrir en una nueva pestaña a máxima resolución |
Los orcos empezaban el turno con sus generales decididos a terminar de crujir el lado oeste y tratar de recuperar terreno en el centro y en el este. La carga más importante que tenían por hacer en el oeste resultó en fallida por parte de una unidad de orcos contra el regimiento de Lanceros, que era realmente la única unidad que le quedaba en condiciones a Averland. Así, estos tendrían la opción de intentar a salvar a Karl Franz uniéndose al combate en su próximo turno. La otra carga sí resultó, y los orcos con dos armas de mano cargaron a los flagelantes para intentar terminar de una vez con esos maníacos.
En el centro, el regimiento de orcos que quedaba operativo cargó contra una olla caliente. A falta de vencer a regimientos enemigos, estos orcos al menos podrían apalizar a unos cuantos halflings y saquear el tren de suministros. Pero en el momento de reagrupar los orcos no tuvieron la misma suerte: Oriol continuó con su racha de malas tiradas y la gran unidad de orcos que había esprintado hacia el centro desde el este no pudo reagruparse, a pesar de contar con L9.
 |
La penosa línea oeste imperial al inicio del turno 5 orco |
 |
Estos orcos lo tienen claro: alguien debe acabar con los peligrosos halflings, y con gran valor se ofrecen voluntarios para encargarse de ellos |
Un total de hasta ¡cuatro! unidades más tampoco pudieron reagruparse, con Ruglud saliendo del campo y provocando un par de pánicos a unos lanzavirotes que se quedarían sin disparar. La única unidad que recuperó el ánimo fueron una docena de orcos, que se giraron para vender cara su piel ante un grupo de caballeros mercenarios que ya casi podían oler el resto de la paga...
En el este, un regimiento de orcos que aun no había participado de las hostilidades consiguió cargar a los lanceros de Ostermark por el flanco, y los seis orcos que huían se reagruparon justo delante de los caballeros en semigrifo. Los trolls también se encontraban en una buena posición para cargar por el flanco y poner en apuros a los caballeros del grifo, lo que podía dar de nuevo muchas esperanzas a los orcos de ocupar la zona cercana al Templo de Sigmar, pero de nuevo fallaron el chequeo de estupidez – aunque esta vez poco había que culparles, al contar solo con su pobre Liderazgo 4.
 |
La unidad de orcos que habían arrancado la partida dos tableros más allá |
 |
El centro, prácticamente del todo imperial |
La fase de magia se puede resumir rápido: el gran chamán orco del oeste consiguió que la unidad de jinetez de jabalí consiguiera repetir para impactar contra la Reiksguard y Karl Franz, y un seguido de bolas de fuego de los chamanes goblins del flanco provocaron una tormenta de fuego sobre los flagelantes, dejando a solo ocho con vida aunque gritando por el apocalipsis como de costumbre.
En la fase de disparo, las máquinas del centro que podían disparar dejaron al tanque a vapor con dos heridas (juegues a la edición que juegues, es una máquina infamemente resistente). Destacar también que en el este las máquinas orcas provocaron algunas heridas a los caballeros en semigrifo, que aguantaron el pánico, al contrario que unos arcabuceros ostermarkeses que empezaron a correr por donde habían venido.
 |
Los trolls fallaron un chequeo decisivo y quedaron expuestos al devastador fuego enemigo |
 |
La caballería imperial llega hasta las máquinas goblin del flanco este |
En la fase de combate, la gran unidad de jinetez de jabalí del oeste hizo huir a los arcabuceros, sin alcanzarlos en la persecución. Los flagelantes sobrevivieron a la nueva unidad que les había cargado, sufriendo muchas bajas y quedando solo tres elementos con vida. Al quedar un frente tan reducido los karros quedaron destrabados del combate.
Y en el combate que centraba todas las miradas, Karl Franz y compañía se dedicaron a despellejar a muchos pielesverdes, pero estos eran realmente muchos, incluso para todo el mismo Emperador. Así, los jinetez de jabalí y los orcos negros no mostraron ningún tipo de piedad, terminando con TODOS los caballeros de la Reiksguard, asesinando nada menos que a Ludwig Schwartzhelm y dejando con una sola herida a Kurt Helborg. Si las cosas ya estaban complicadas, ahora se ponían feas de verdad...
 |
Martí, pulverizando flagelantes con su dedo índice... digo, a base de bolas de fuego
|
 |
Dos unidades a punto de enfrentarse, ya muy desgastadas |
En el centro solo había un combate: los orcos aporrearon a los halflings y se sirvieron un poco de sopa, cargando a la otra olla caliente en el arrasamiento.
En el este, y después de una buena sarta de rebanadoras, los orcos ganaron el combate a los lanceros por amplia ventaja. No obstante, las tropas estatales a quien se enfrentaban no quisieron ser menos que otras unidades imperiales y sacaron un doble 1 en el chequeo de desmoralización.... Y OTRO DOBLE 1 EN LA REORGANIZACIÓN, para pasar a estar trabados por el frente. La mano de Jordi había vuelto a aparecer y Martí no podía creerlo.
Por último, en el extremo del campo los arqueros orcos finalmente se vieron superados por los caballeros pantera, que en la persecución llegaron hasta un lanzapiedros, y los snotlings siguieron aguantando como campeones, ¡infligiendo épicamente 2 heridas al tanque a vapor! Con esta señal de Morko los pielesverdes cerraron el turno, dispuestos a seguir dando guerra.
 |
"No todos los héroes llevan capa" |
 |
Una de las pocas alegrías en el este para los orcos
|
Turno 5 El Imperio
Durante apenas unos segundos, Karl Franz dejó de abatir orcos y descansó sus brazos, intentando otear algo más allá del combate. Estaba claro que habían caído en una trampa y si tenían alguna esperanza de sobrevivir, esta cada vez era más vana. Los Caballeros de la Reiksguard, la cúspide de los guerreros humanos, estaban entrenados para cuando llegara un día como aquel... pero los orcos eran demasiados, y el perímetro defensivo que habían establecido alrededor del Emperador se estaba desmoronando.
Quedaban muy pocos caballeros, e incluso el mariscal Kurt Helborg acababa de perder una mano, cercenada de su brazo por un tajo de hacha. No obstante, con su espíritu inquebrantable Kurt seguía dando tajos con el Colmillo Rúnico, demasiado ocupado como para preocuparse por la herida. Karl Franz estaba completamente empapado de sangre ajena, pero seguía en pie y con Ghal Maraz dándole fuerza.
Un mensajero les había informado que el ejército de Averland había sido prácticamente aniquilado y que Marius Leitdorf había caído en su combate contra el kaudillo enemigo, aunque había tenido tiempo de llevárselo al infierno junto a él. Pero si esto había provocado la retirada de regimientos enemigos, no era el caso de los orcos que combatían contra ellos. De hecho, probablemente estaban aun más furiosos por acabar con los humanos y proclamar a un nuevo líder entre sus congéneres.
En un instante, tales pensamientos desaparecieron de la mente de Karl Franz como la niebla en un día de verano: entre el estruendo del combate, vio como un enorme orco penetraba en el ya reducido círculo defensivo y abatía a su portaestandarte y fiel escolta, el noble Ludwig Schwarzhelm. Mientras este se ponía de rodillas, intentando levantarse, el orco se situó ante él y le hundió el filo de su rebanadora en el cuello. El estandarte imperial solo se desprendió de sus manos cuando el inerte cuerpo de Ludwig se desplomó.
Con una mirada lúgubre, el Emperador observó como los orcos estaban rematando al resto de caballeros. La Reiksguard había prácticamente dejado de existir. Pero su cabeza volvió de nuevo al estandarte. "Ya puestos a morir", pensó, "hagámoslo como Sigmar manda".
Se giró hacia Kurt y le señaló con la tez la enseña que Ludwig había sostenido hasta el final. El Mariscal del Reik, blanco como las cúspides de las montañas que se alzaban a la lejanía, asintió.
- Mejor con bandera, pues.
Y ambos cargaron.
 |
Clic con el botón derecho para abrir en una nueva pestaña a máxima resolución |
Empezaba el turno imperial y había algunas cargas por hacer. En primer lugar, los lanceros de Averland consiguieron cargar por el flanco a la unidad de orcos negros que estaba liquidando a la escolta de Karl Franz. Tenían la disyuntiva de cargar a estos o a los jinetez de jabalí, también por el flanco, pero se la jugaron a combatir contra los orcos negros e intentar salvar el día para el Emperador.
Por otra parte, los arcabuceros no lograron reagruparse y siguieron huyendo. No habría estado mal que lo hubieran hecho para detener a la masiva unidad de jabalíez que le iba a la zaga... Desde el centro, los grandes espaderos de Stirland y los caballeros pantera avanzaron a la desesperada en una ayuda ¿imposible? al Emperador.
 |
La caballería aniquila fácilmente a los aterrorizados artilleros goblins |
 |
Uno de los pocos combates parejos a esta altura de la contienda |
Los flagelantes y el Altar cargaron contra una máquina de guerra cada uno, y el pegaso falló su carga. Los caballeros del sol llameante declararon una carga contra la unidad de orcos "maratonianos", a quienes no pudieron alcanzar, y la Reiksguard a pie y los caballeros mercenarios cargaron a unos orcos, decididos a borrarlos del mapa. Por su parte, el tanque a vapor atrapó a los goblins - al mover de forma aleatoria, estos no pudieron declarar reacción a la carga a pesar de estar huyendo, y fueron aniquilados.
En el este, el jinete de grifo cargó a un lanzapinchos, los tres caballeros de semigrifo cargaron a los orcos superviventes que tenían en frente y los flagelantes fallaron su carga contra los goblins. Los arcabuceros de Ostermark que huían no se reagruparon y acabaron de salir del campo, y la otra unidad de arcabuceros consiguió ocupar el Templo de Sigmar, dispuestos a controlar las ruinas hasta el final de la partida.
 |
¡Abran fuego! |
 |
"Bueno, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía" |
No ocurrió absolutamente nada destacable en la fase de magia, por lo que pasamos a los disparos. En el oeste, el solitario cañón de salvas batió a unos cuantos orcos, al igual que el helblaster del centro, que se dedicó al tiro al pielverde huyendo, dejando a los tres personajes orcos y al grupo de mando corriendo y más cubiertos de sangre. El cañón de salvas y los arcabuceros de Altdorf se concentraron en los trolls, acabando con tres de ellos.
En la fase de combate, Karl Franz siguió aplastando cráneos orcos con Ghal Maraz, pero a pesar de dejar a solo siete orcos negros con vida, Kurt Helborg cayó y él también recibió una herida. La ayuda de los lanceros no aportó muchas bajas pero sí consiguió que el Imperio ganara el combate; no obstante, los orcos contaban con kaudillo y portaestandarte, y ninguna de las dos unidades falló el chequeo de desmoralización. El tiempo se le acababa a Karl Franz… ¿podría resistir un turno más?
 |
Rematando supervivientes |
|
 |
La desesperada carga de los lanceros para tratar de salvar al Emperador |
En los combates del centro, los imperiales se dedicaron a destrozar a las máquinas de guerra, al igual que los orcos, que acabaron con la otra olla caliente halfling. La Reiksguard a pie y los caballeros mercenarios exterminaron a los orcos contra los que combatían, dejando el centro libre de unidades enemigas.
En el flanco este, los lanceros continuaron su combate con contra los orcos. Después de un aluvión de bajas el resultado fue muy igualado, ganando los ostermarkeses el combate por un punto y con los orcos resistiendo un turno más. No hubo nada más a destacar, salvo que el resto de unidades que habían cargado acabaron con sus enemigos y el tanque a vapor siguió enfrascado contra los snotlings.
Y nada más. Muy pronto podréis leer lo que ocurrió en el último turno y como terminó esta batalla...
 |
En este otro ángulo vemos como los arcabuceros ya han ocupado el Templo
|
 |
Si los trolls no consiguen cargar a las máquinas hay gente lista para saludarles a base de mandoblazos |
 |
Ciertamente lamentable, pero no teníamos más fotos |
Sabía que el atascamiento de la unidad de caballeros de la Reiksguard iba a suponer serios problemas al Imperio. Me dan pena los flagelantes que para mí han sido los grandes héroes de la partida junto con Marius, pero la verdad es que viendo la mala suerte que están teniendo los pieles verdes, llevo casi toda la partida animándoles a ellos. ¡Al final puede que por objetivos puedan ganar!
ResponderEliminarSí, los flagelantes aguantan lo indecible... Y la mala suerte de los orcos fue un factor (sobretodo en los disparos de máquinas de guerra y reagrupaciones)
EliminarDesde luego Karl Franz esta aguantando como un jabato en medio de un mar verde (y no es el cesped). Todo pende de un hilo! Ganas tengo de ver el final!
ResponderEliminarSí señor, por el algo es (aun) el Emperador! Pronto lo tendréis!
EliminarVuestras cara en los dobles 1, eso tendria que ser digno de ver! Gorko no oz abandona; oz pone a prueba!!
ResponderEliminarMuy divertido! Animo!
Me olvidé comentar que en este caso eran tiradas con 3 dados (por la regla especial de los capitanes imperiales) y repitiendo por porta de batalla. Aún así, la probabilidad de superarlo no era alta xD
EliminarY el atributo de luz tambien. Pero es lo que tiene que hacer un Imperial no? Tener fe en sigmar, sus capitanes, su general y portarestandarte.
Eliminar¡Nuestra entereza sera tan grande que causara la perdicion de nuestros enemigos, que acabaran por flaquear!
¡Si perdeis la fe, tambien perdereis la vida!
Joder qué épico todo! a turno 5 y todavía la partida está en el aire! Realmente difícil conseguir un ritmo así. Deseando ver el desenlace! Muchas gracias!!
ResponderEliminarGracias Mapache! Estamos en ello, a ver si lo podemos subir pronto!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar