Informe de batalla: WF 6a edición a 10.000 puntos!

Saludos, generales,

Hace unas semanas os presentamos una batalla en ciernes de 10.000 puntos con Warhammer 6a edición. Esta batalla se libró por parte de un par de amigos y dado lo espectacular del evento les pedimos que nos hicieran un informe de batalla para colgarlo en el blog. Y aquí está! Si sóis fans de 6a edición, no os lo podéis perder.




La Encrucijada de Montbui: una épica batalla en las desesperadas tierras de Otsland



Introducción

Inspirados por la Batalla por las Puertas de Kislev nos decidimos a realizar una Batalla Campal a lo bestia con nuestras miniaturas. Era demasiado inspirador como para no hacerlo. La nuestra no tendría un trasfondo tan currado ni mucho menos tantas miniaturas en las mesa, pero hacerlo había que hacerlo. Optamos por jugar con la sexta edición de Warhammer y decidimos enfrentar 10.000 punts por bando en una mesa de 120cm x 540cm (tres mesas de tamaño oficial). Concretamente quedaron enfrentados Imperio (5.000p.), Altos Elfos (3.000p.) y Enanos (2.000p.) contra Orcos y Goblins (6.000p.) y Skavens (4.000p.). Aquí os presentamos el mini resumen de nuestra experiencia. 

Pero antes que nada queremos avisar que este informe de batalla fue escrito unas semanas después de la partida y, la verdad sea dicha, no es 100% real a lo que pasó. Durante esta no apuntamos nada ya que solo disfrutamos de jugar. Este informe de Batalla es un resumen aproximado de algunos detalles de la partida y lo mismo se puede decir de los mapas que adjuntamos. No somos grandes pintores, ni grandes estrategas y, ni mucho menos, buenos redactores jeje… una pena (dicho esto, hasta aquí todo pinta genial - Rogers). Pero bueno, nos hacía ilusión compartir la experiencia para que pudiera servir de inspiración a otros jugadores. Esperemos pues que, aunque el informe de batalla no sea muy detallado ni muy currado, pueda cumplir este propósito.







Transfondo

Los pielesverdes, sabedores de que en Kislev, durante el año imperial 2.302, se está armando la de Dios, deciden dirigirse hacia allí para no perderse el festín. Paralelamente, un pequeño ejército de Otsland ha recibido la orden directa de Magnus el Piadoso de evitar a toda costa que esos monstruos malignos traspasen la frontera, ya que si los pielesverdes llegaran a Kislev y se unieran al caos creado por Asavar Kul el desperdició imperial sería demasiado bestia. Es, pues, responsabilidad de Ludwing von Raukov, ancestro del actual Conde Elector de Otsland, Boris von Raukov, conseguir que las tropas dirigidas por Borgukk Piesdecerdo, el Orco Negro Pisahumanos, no traspase las fronteras imperiales dirección Kislev. El futuro del Imperio, y de toda la humanidad, depende del joven Ludwing y de sus hombres. Nadie puede traspasar por ese paso de camino fronterizo. ¡Nadie!





Los Ejércitos


Orcos y goblins y Skaven de manos de Oriol
Imperio, Enanos y Altos elfos liderados por Jordi





Despliegue



Rojo: Enanos
Blanco : Imperio
Azul: Altos elfos

Verde: Orcos y goblins
Púrpura: Skaven



Resumen de la Partida


Turno 1 

Borgukk Piesdecerdo empezó la batalla. Los pielesverdes, acompañados de las ratas de Cuatrinxada, bajaron a toda velocidad des de las Montañas Centrales del Imperio para acabar con toda resistencia que encontraran a su paso. Borgukk quería que su ejército llegara lo antes posible a Kislev, así que ordenó a sus tropas ser implacables y luchar a lo bestia. Y tan bestias fueron que, después de alguna que otra animosidad entre las tropas, la primera baja de la batalla fue uno de los chamanes goblin. Tras intentar realizar un primitivo hechizo del ¡Waaagh! le estalló la cabeza en mil pedazos. Se notaba que era un primerizo en las “complejas” y “delicadas” artes del ¡Waaagh!. Después de esta gran actuación, los Mosquetes Jezzails, situados en el flanco contrario, en el skaven, pudieron aniquilar toda una unidad de peligrosos Yelmos Plateados a base de malignos disparos de sus balas Piedra Bruja. Si a esto añadimos que el campanero de la Campana Gritona empezó a tocarla como un poseso, consiguiendo así que las máquinas de guerra enemigas recibieran fuertes impactos de colorida sonoridad verde mágica, se puede decir que las cosas quedaron bastante bien para el bando de los invasores. Gracias a tal esfuerzo de campanas el Cañón de Salvas Imperial quedó destruido y el Tanque de Vapor sufrió algún que otro daño estructural. La batalla no pintaba mal (para ti, claro! – Rogers).



Von Raukov observaba des de su posición central la inquietante avalancha pielverde y marabunta skaven ante sí. Era una visión espantosa, pero las órdenes de Magnus el Piadoso fueron claras: – que los enemigos no traspasen ese maldito paso fronterizo hacia Kislev –. Y el Conde Elector de Otsland no lo permitiría. De esta manera, ante tal monstruosa, pero no muy mortífera hasta el momento, avalancha pielverde, el sector imperial y enano decidió reaccionar como solo esos ejércitos saben hacer. Primero posicionaron debidamente sus tropas de cuerpo a cuerpo para aguantar las cargas y, a continuación, empezaron a soltar andanadas y andanadas de disparos. Cañones, catapultas y flamígeros lanzallamas empezaron a causar bajas. Esos disparos fueron mortales; y sino que se lo pregunten a los 4 jinetes de jabalí que quedaron incrustados en el suelo tras visualizar de muy cerca una gran bala de hierro enana. Los Altos Elfos, por su parte, supieron encarar muy bien la pérdida de una de sus importantes caballerías y reposicionaron sus tropas muy dignamente. Con gráciles y sinuosos movimientos consiguieron hacer que para el siguiente turno las armas bruja skaven, como las amerratadoras, los cañones de disformidad o los propios mosquetes Jezzails, no pudieran causar tantos problemas. 



Turno 2

La invasión seguía a toda máquina y Borgukk se sentía ampliamente satisfecho. ¿Y es que, en realidad, que significaban 4 jinetes de jabalí al lado de toda su marea verde armada con destructoras rebanadoras? ¡Sin problemas! Todo saldría bien. Por el flanco izquierdo los goblins nocturnos siguieron su avance consiguiendo que sus ocultos amigos fanáticos fueran revelados. Armados con sus grandes bolas de hierro y drogados con setas venenosas hasta las cejas, los fanáticos fueron lanzados hacia el enemigo para que, a base de delirantes giros, mataran a cualquier forma de vida lo suficientemente despistada como para no apartarse de su camino a tiempo. El problema fue que, a pesar de que en el campo de batalla salieron más de 6 peligrosos fanáticos en un solo turno, ninguno de ellos fue empujado con la suficiente fuerza como para llegar a donde debía. Es lo que tienen los goblins… que son todos unos esmirriados. En centro de la gran batalla importante fue, esta vez sí, la magia del ¡Waaagh!. Invocado por un más experimentado chaman de nivel cuatro goblin el Dios Gorko decidió aparecer para pisar a toda una unidad de caballeros del Lobo Blanco. El dios quedo contentó y quiso seguir pisando, pero un pequeño resbalón hizo que aplastara a alguno de los suyos y decidió retirarse avergonzadamente. El sector Cuatrinxada no lo tuvo nada fácil, pues las maniobras élficas del turno anterior funcionaron e hicieron que solo los Jezzails pudieran hacer algo. Pero a pesar de ser los mismos tiradores del turno anterior no pudieron acabar con la vida de un peligroso carro élfico que se preparaba para amenazar a uno de los flancos skaven.


Si bien las tropas seguidoras de von Raukov se estaban posicionando muy bien como para resistir la carga y ganar posición por los flancos, no se puede decir que el turno dos fuera un gran turno para ellos. Exceptuando la casi aniquilación de una unidad de 4 ratas ogro no salió nada más de bueno por su parte. Von Raukov se empezaba a poner nervioso al ver que, hasta el momento, no le podía ofrecer nada más que gráciles posicionamientos élficos y algún que otro cañonazo a Magnus el Piadoso. En cierta medida la vida en Kislev dependía de sus tropas y no quería fallar.



Turno 3

El campo de batalla retumbaba a muerte. Borgukk, ahora sí, ya casi se encontraba cara a cara con von Raukov y algunos de sus chicoz verdez ya empezaban a luchar al deseado cuerpo a cuerpo. Orcos, goblins, trolls y gigantes estaban a punto para matar y su mano derecha, Tronko Mandibularrota, a lomos de una sanguinaria serpiente alada, se preparaba para cargar y matar, matar y matar. La victoria se olía y las muertes de los enemigos ya eran una realidad. O no… Los jinetes de jabalí, dirigidos por un gran orco negro, cargaron brutalmente contra los rompehierros enanos. Pero en lugar de machacar al enemigo fueron atropellados por un gran muro de hierro y barbas. Los rompehierros, junto a su general enano, destruyeron sin dificultad a su odiado enemigo. En el centro de la batalla, uno de los gigantes empezó a repartir justicia entre los locos flagelantes imperiales y unos cuantos jinetes de lobo goblin intentaron luchar contra una unidad imperial sin mucho éxito. El flanco skaven seguía maquinando y destruyendo a su paso. Los monjes de plaga consiguieron hacer huir a los imponentes leones blancos y los portadores de incensario de plaga, descontrolados por su furia asesina, atacaron sin pensárselo dos veces a los maestros de la espada consiguiendo una victoria notable. Las cosas pintaban más o menos bien para el mal.




Los imperiales por su parte, iban haciendo su trabajo: disparando muchos proyectiles causando bajas entre algunos pielesverdes y rebajando heridas de los otros dos gigantes que aún no habían llegado al cuerpo a cuerpo. Pero el gran disparo se lo llevó Tronko Mandíbularrota pues en un plis plas se quedó sin montura. Una gran bala imperial convirtió su Serpiente Alada en polvo y Tronko tuvo que seguir a pie. Los enanos siguieron con su buen papel y finiquitaron con prácticamente la totalidad de los goblins nocturnos situados en su flanco. Su girocóptero hacia muy buenas tareas. Remarcar el impresionante combate que llevó a cabo el matatrolls enano contra los frenéticos snotlings. Mató a muchos, sí, pero ellos eran más. Pero si bien los enanos estaban haciendo un buen papel, no se podía decir lo mismo de los altos elfos y el general enano tenía bien claro que tras la batalla pediría explicaciones. De hecho, la catástrofe élfica fue tan grande que ni el príncipe élfico a lomos de un bestial dragón pudo hacer algo contra la unidad de 25 alimañas skaven dirigidas por Colanegra Gran Señor de las Bestias. Tras perder el combate decidió huir por patas y dejo el flanco skaven muy desamparado. 



Turno 4

Las cosas empezaban a cambiar para Borgukk Piesdecerdo. Sus planes, si es que había alguno en su cabeza, no estaban saliendo bien. El flanco izquierdo había pasado a ser una simple anécdota por culpa del Girocóptero enano y sus fieros guerreros estaban taponados. Todo dependía de él y de sus hombres en el centro de la batalla. Si quería ganar, tendría que ser él quién pusiera las cosas en su sitio. Por parte skaven, por suerte, la cosa era más gloriosa. De hecho, el comandante Cuatrinxada estaba que se fregaba las manos. Quizás no ganarían esa batalla, pero si conseguía sobrevivir y, al mismo tiempo, los orcos caían bajo los imperiales él se convertiría en una figura importante en esa región. Digamos que ganaría prestigio. Por lo tanto, el día de la supremacía final estaba más cerca. “Solo” hacía falta aguantar 3 turnos más y su “persona” sería grande. Muy-más grande.




El joven von Raukov, por su parte, con la moral subida al ver la actuación de sus guerreros y de los aliados enanos, decidió prepararse para la carga definitiva a la unidad de los feroces orcos negros de Borgukk. Importante… el matatrolls seguía luchando contra los snotlings y el comandante élfico, a pesar de ser un cobarde elfo en opinión enana, se reagrupó y se preparó para cargar a la unidad del emocionado Cuatrinxada y su campana. En definitiva, las cosas empezaban a pintar mucho mejor para los de von Raukov. Ese día sería recordado y su nombre enmarcado entre los grandes.



Turno 5

Aquí fue cuando toda esperanza pielverde se fue a la mierda (esas fueron las palabras exactas del caudillo orco? – Rogers). Borgukk fue empalado por el Colmillo Rúnico de von Raukov. Y todo fue gracias a la maldita magia imperial ya que en la fase de magia entró el innombrable hechizo celestial de poder repetir 1D3 dados. Con ello, von Raukov pudo repetir los impactos fallidos y asesinar como rata humana a uno de los mejores miembros pielverdes que habitaba en las tierras de Otsland. Una lástima… Los pocos orcos que pudieron contraatacaron, pero no fue suficiente para resistir una carga tan bestia. Se fueron por patas. Perseguidos y aniquilados… adiós a más de 25 orcos en un solo turno. Adiós a casi 1.000 puntos. ¡Bufa! Por otro lado, era el momento de que los gigantes realizaran sus cargas contra los imperiales y demostraran que no todo estaba perdido. Pero la realidad es que no supieron hacer nada bueno aparte de gritar y vocear, y sin mucho éxito. No causaron ni miedo. Lamentable…

Por su parte, los enanos empezaron su merecida borrachera y el príncipe Alto Elfo realizó la deseada carga. Pero, una vez más y por última vez, el general elfo hizo el ridículo. El gran roedor Colanegra Gran Señor de las Bestias le adjudicó un exquisito golpe letal y el elfo pasó a mejor vida en un plufff… Los skavens estaban que se salían. Ellos sí que eran héroes y Colanegra pasaría a la historia de las profundidades.



Turno 6

Pasaron cosas interesantes, pero todo el pescado real estaba vendido. El turno 5 fue el definitivo. Solo decir que, por suerte, Cuatrinxada pudo escapar y sobrevivir para seguir maquinando. Muajajajajaja…

Eso sí, el gran ganador fue el joven Ludwing von Raukov. Aunque duela, hay que reconocerlo. Estaba contento, eufórico y triunfal. Ahora solo le faltaba recibir los honores y recompensas por parte de Magnus el Piadoso. ;)




Conclusiones

Por último nos gustaría lanzar algunos conceptos y reflexiones generales tras jugar la partida. Aquí van:

  • ¿Es Warhammer un buen juego para hacer grandes partidas? O, mejor dicho, ¿es Warhammer sexta edición una buena edición para hacer grandes partidas? Pues no lo sé. Jeje. Lo que sí que sé, y puedo asegurar, es que a nosotros nos funcionó muy bien. Fue la mejor partida que hemos jugado nunca y la más espectacular de ver. Un gran finde que nos ha inspirado para intentar hacer otra partida de igual o superior tamaño. Hubo emoción a lo largo de toda la partida y, aunque en el informe parezca lo contario, no existieron situaciones descontroladas que jodieran la partida en ningún momento. De hecho, hasta el turno 5 los humanos tuvieron que jugar muy fuerte para poder sacar el resultado que sacaron. Nada estaba regalado allí. Ahora bien, personalmente creo que el juego funcionó bien debido, ya no tanto por sus reglas en concreto, que puede que también, sino porque mi compañero de batallas y yo tenemos una manera de jugar y entender el hobby muy similares. Creo que eso ayudó mucho. No sé sí nuestra manera de ver el hobby y jugar a Warhammer es la buena, pero para esta gran partida nos funcionó. Esperemos que para la siguiente también funcione.
  • Debido al “respeto” que nos daba una partida tan grande (la más grande que habíamos hecho hasta el momento era de 3.000 puntos por bando) no nos quisimos complicar mucho y optamos por una batalla campal a secas. Ahora, después de haber jugado la partida, podemos ver que quizás no habría sido tan mala idea incorporar alguna norma de la casa como por ejemplo que los invasores ganaran puntos adicionales si al final del último turno se encontraban en el tablero del camino dirección a Kislev o alguna cosa similar. Le habría dado más jugo al tema y no habría supuesto tanto “dolor de cabeza” como pensábamos.
  • Para la partida, al ser un tablero tan grande, decidimos que toda la magia, objetos mágicos, etc que fueran de alcance “todo el tablero” estuvieran limitados a 180 cm de alcance. Esto lo decidimos para no crear situaciones muy raras o bestias como, por ejemplo, que un mago alto elfo situado a 5 metros de un hechicero goblin pudiera dispersar con un pergamino de dispersión el hechizo. Después de la partida yo opino que no hacía falta modificar esta regla, mi compañero sí…
  • Por lo que respeta el tablero, creo que la clavamos muchísimo con las dimensiones. En un primer momento pensamos en hacer el terreno de juego 90 cm más largo de lo que fue finalmente, pero no habría estado bien. Las dimensiones que escogimos para el tablero de juego, junto con la escenografía que situamos en él, hicieron que la mesa quedara impactante y bien repleta de miniaturas al mismo tiempo que facilitaba que se desarrollaran situaciones tácticas interesantes. Quizás con ejércitos menos numerosos que los nuestros, como por ejemplo caos u hombres lagarto, con un tablero más pequeño ya bastaba, pero para nuestro número de miniaturas las dimensiones fueron geniales. En resumen, yo diría que para que las partidas puedan fluir y ser molonas la proporción máxima seria: ejércitos morralla 3500 puntos por tablero de 120x180 y ejércitos de élite 4500 puntos por tablero de 120x180. Pero bueno, no nos hagáis mucho caso, que solo hablamos por la experiencia de esta partida.
  • Por último nos gustaría recomendar que si alguien quiere hacer algo del estilo tenga paciencia ya que esta es la clave del éxito. Me explicaré, lo que quiero decir es que, en primer lugar, creo que vale más la pena ponerse un objetivo “pequeño” para no decaer y cumplirlo al 100% que no fliparse en algo muy grande y quedar abrumado por tu propio plan; y, en segundo lugar, creo que vale mucho la pena retrasar tus planes unos meses pero terminarlos bien que no tener prisa para hacer la batalla y que al final no esté todo al completo. Si en nuestra batalla hubiera faltado alguna que otra unidad por pintar o unos de los elementos de escenografía no hubiera sido coherente con el tablero estamos seguros que la partida no hubiera sido lo mismo. No todo lo que uno tiene está super bien pintado o modelado, pero consideramos que es mejor tenerlo todo a un nivel bajo o medio, pero con coherencia e igualdad, que no tener unas minis super bien pintadas y luego un porrón de plástico suelto por allí danzando en una mesa construida a base de una torre bretoniana al lado de una pirámide, al lado de un bosque de Silvania, al lado de una montaña enana, al lado de unas ruinas lagárticas… 
  • ¡Warhammer sexta edición es una pasada! ¡El mejor juego del mundo! Creemos que es inmejorable e intocable y que no le falta ni sobra nada. Nos declaramos fans. Jeje.

Ep! Y muchas gracias por haber leído hasta aquí. :)

Comentarios

  1. Quina dulafa de partida. Llàstima que els humans siguin dolents i sempre estiguin matant pobres goblins

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pobres goblins, oi? si total, només volien alimentar als seus paparros!

      Eliminar
  2. Quina animalada! Brutal!! Molts ànims per la pròxima

    ResponderEliminar
  3. Tengo que felicitaros por la partida, todo tiene una pinta genial... espero ver mas cosas asi. Sois una inspiracion para todos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario