Saludos,
Con el turno tres llegamos al clímax de la contienda. El Kaudillo Vorag y el Emperador Karl Franz ya han llegado al campo de batalla y están listos para reforzar a sus huestes. Multitud de combates, grandes bestias que caen, resistencias heroicas, gritos de júbilo, lloros varios... ¡Vamos allá!

Turno 3 Orcos
Los chikoz estaban luchando bien, se dijo Vorag. Tanto, que en su atronadora llegada al campo de batalla sus jabalís no habían podido aplastar a nadie, y esto no le acababa de gustar. Alguien tendría que pagar por ello, eso estaba claro. A lo lejos podía observar como habían llegado al combate humanos a caballo y protegidos por armaduras de acero, pero el avance pielverde seguía empujando en todos los frentes.
Este era el momento que esperaba. Concentrando toda su rabia y energía, de su boca brotó, con un aliento fétido, un solo y alargado grito: ¡WAAAAAAAAAAAAGH!
El aullido salvaje pronto se vi replicado por miles de gargantas eufóricas. Pielsverdes de todas las razas no dejaron de bramar durante apenas unos segundos interminables para los soldados humanos, y empezaron a correr y trotar por toda la llanura. ¡WAAAAAAAAAAAAGH!
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Los trolls y los karros pulverizan a unos arcabuceros bajo la atenta mirada de Vorag |
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Pero, en el nombre de Sigmar... ¿cómo? |
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Avance general orco. Pocos consejos mejores me han dado en Warhammer que "nunca te quedes justo delante de un Cañón de Salvas" |
Empezaba el clímax de la batalla, y los generales orcos se dispusieron a gritar el ¡Waaagh!. Esto les daría más opciones de cargar, otorgando un +1 al Movimiento y Zancada Veloz a todas las unidades, así que estaba claro que se trataba de un turno importante para los intereses pielesverdes.
En el flanco oeste, la unidad de 10 jinetez de jabalí que acababa de reforzar la línea cargó por el flanco a los flagelantes que ya estaban trabados contra los karroz. Además, los trolls cargaron a las compañías libres y los orcos negros a los ballesteros milicianos. No obstante, Vorag aun no estaba en disposición de cargar, por lo que su unidad de orcos grandotez jinetez de jabalí tuvo que contenar su ímpetu y se limitó a avanzar.
En el centro, el gigante cargó a los ballesteros mercenarios que tenía justo delante, los 50 orcos con kaudillo y portaestandarte cargaron a 50 tiritantes halflings y los orcos negros llegaron hasta los arcabuceros de Altdorf, cayendo cuatro chikoz por el camino a causa del aguantar y disparar.
Además, varias unidades avanzaron, como los ballesteros orcos, que trataron de bloquear a la unidad de flagelantes. Destacar también que la unidad de orcos que se encontraba huyendo falló por tercera vez el chequeo de liderazgo y salió de la mesa.
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El mundo al revés: orcos y goblins en perfecta formación ante una panda de chalados que aun llevan las batas del "sanatorio" |
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¡Morid, bastardos! |
En el este se sucedieron multitud de cargas: unos orcos, unos trolls y una serpiente alada cargaron a los lanceros que ya estaban en combate, y otro gran regimiento de orcos se incorporaba a la misma lucha, en su caso contra los espadachines. ¡Nada más y nada menos que ocho unidades enfrascadas en un único combate cuerpo a cuerpo! Por si fuera poco, otros 12 trolls no querían quedarse sin lo suyo, cargando a los grandes espaderos de Ostermark que se encontraban justo al lado de ese combate. A su vez, el Ídolo de Gorko avanzó para dar aún más impulso a las unidades que iban a luchar a su alrededor.
En el extremo del campo hubo una única carga, por parte de los orcos negros a los flagelantes. Por último, huelga decir que los karroz goblin que huían tampoco pudieron recobrar el valor (si es que alguna vez lo hubieran tenido), desapareciendo del campo de batalla.
La fase de magia no podemos decir que pasara a la historia. En el centro, los chamanes goblin intentaron asar a los flagelantes a base de Bolas de Fuego, pero todas rebotaron en las defensas mágicas convocadas por el Imperio y no cayó ninguno de esos peligrosos lunáticos.
La fase de disparo estuvo más o menos a la par. En el oste, las máquinas pielesverdes consiguieron pulverizar el mortero y hacer huir a los ballesteros de Averland, y en el centro se consiguió rematar al gran cañón de Stirland… pero nada más. Con casi todas las máquinas pudiendo disparar, era un buen turno para provocar pánicos a base de goblins voladores (sobre todo a las caballerías del centro), pero no hubo manera.
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Los lanceros se preparan para el impacto... |
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...este, en concreto. Nótese la gente "absente" en comparación con la imagen anterior |
En la fase de combate los trolls del flanco oeste exterminaron a los arcabuceros de Averland, y se prepararon para la más que probable carga del Conde Leitdorf. Los otros trolls pasaron por encima de los milicianos y, gracias a la Zancada Veloz que les otorgaba el ¡Waaagh!, consiguieron perseguir ¡hasta la unidad de Karl Franz! Esto se ponía interesante…
Por otra parte, la serpiente alada resistió contra los lanceros, los jinetez de jabalí y los karros aplastaron a muchos flagelantes, que aguantaron gracias a su inmunidad a todo, y se llevaron a dos karros por delante. Además, los orcos negros hicieron huir a los ballesteros, llegando hasta los arqueros de la milicia. En el centro, el gigante desmoralizó a los ballesteros tileanos, pero no pudo evitar perseguir y salió del campo de batalla. La vagoneta finalmente cayó ante los arcabuceros, y la gran unidad de orcos acabó con los halflings y persiguieron hasta quedarse justo delante de los recién llegados Caballeros Pantera. Vaya, vaya…
En el flanco este tuvo lugar un masivo combate, en el que los espadachines de Ostermark no pudieron resistir la presión y huyeron, solo para ser eliminados por el Gigante. Los 50 orcos quedaron destrabados, pero el resto de unidades siguieron en combate, solo porque tuvo lugar otro milagroso doble 1 en la tirada de desmoralización de los lanceros. Estos tipos habían perdido en una sola ronda de combate a casi 30 efectivos, pero la disciplina imperial (o la mano de Jordi) se impuso.
Por último, los trolls acabaron con una docena de grandes espaderos, quienes se mantuvieron firmes por la tozudez, y los orcos negros sufrieron bastantes bajas en el combate contra los flagelantes.
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La línea pielverde es frenada a duras penas por los ostermarkeses |
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Los orcos negros despedazando flagelantes |
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Panorama del centro del campo de batalla al final del turno 3 orco. En efecto, es el poder del ¡Waaagh! en toda su esencia. |
Turno 3 El Imperio
Galopando hacia el fragor de la batalla, Karl Franz contemplaba como los heridos y moribundos se arrastraban penosamente a ambos lados del camino. Aterrados milicianos corrían por doquier, huyendo del combate, al igual que varios soldados con la librea de Averland. Sin frenar sus caballos, Kurt Helborg les increpó, gritando a esos cobardes que volvieran al frente. Sumado a la presencia del Emperador, esto infundió de nuevo valor en algunos de ellos, pero la mayoría continuó alejándose de la carnicería.
En cuanto el camino se ensanchó, Karl Franz observó con claridad la llanura. Los orcos estaban encima de la línea averlandesa, que se encontraba totalmente desbordada. Mientras se fijaba en como la escolta personal de Marius luchaba desesperadamente, un nuevo grito procedente del otro lado del campo de batalla sofocó el ambiente, y los orcos parecieron luchar con un fervor aún más siniestro. No había tiempo que perder, y ordenó a la Reiksguard que se preparara para la carga. No obstante, sin poder explicar porqué, los caballos empezaron a relinchar de miedo, echando coces y volviéndose incontrolables, y una horda de trolls se les tiró encima.
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El Imperio había aguantado la embestida pielverde y ahora sí, llegaba la hora del contraataque y a lo grande, con sus generales declararon un total de 16 cargas.
En el oeste, los apurados averlandeses sacaron fuerzas de flaqueza y el mismo Marius Leitdorf encabezó la carga de los grandes espaderos y los alabarderos a los trolls que les esperaban. La otra unidad de alabarderos cargó a los jinetez de jabalí que ya estaban trabados, y los arcabuceros apoyaron a los lanceros en el eterno combate contra la serpiente.
En el centro la caballería declaró cargas a diestro y siniestro: los Caballeros Pantera (junto a los arcabuceros de Stirland) contra la gran unidad de orcos, los caballeros mercenarios y el tanque a vapor a la unidad de orcos con gran jefe, y los Caballeros del Sol Llameante a unos aterrorizados goblins. Además, los flagelantes llegaron hasta los ballesteros y la Reiksguard a pie a los orcos negros.
Por último, en el flanco este los caballeros en semigrifo cargaron a la serpiente alada, los lanceros de Ostermark a los trolls que combatían a los grandes espaderos, el grifo hizo lo propio con los orcos negros y el tanque se dispuso a aplastar snotlings.
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Los vientos de la magia soplaron como nunca en forma de plegarias y potenciaciones: en el oeste, el reverendo que acompañaba al Conde Leitdorf consiguió que su unidad atacara con ataques flamígeros y repitiera para herir (estando trabados contra una unidad de Trolls… juas!).
En el centro el Altar protegió a los Caballeros Pantera con especial de 5+, mientras que el Hechicero Amatista consiguió debilitar a los orcos negros. En el oeste, el sacerdote guerrero que acompañaba a los grandes espaderos de Ostermark también consiguió que prender en llamas los mandobles que estos blandían contra los Trolls. Sin duda, entraron hechizos clave en el momento oportuno.
Los disparos en en flanco oeste y el centro no hicieron absolutamente nada, con algunas máquinas errando u otras desorganizadas al haber fallado chequeos de pánico. En el este, por el contrario, los artilleros afinaron su puntería y tumbaron nada más y nada menos que al Ídolo de Gorko y al gigante que quedaba con vida.
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Más cargas de la brigada pesada |
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El tanque a vapor dispuesto a regar los campos con tinta verde |
Llegamos al combate cuerpo a cuerpo, y aquí hubo tralla de la buena.
El Conde Loco y sus lacayos (perdón, su noble escolta) se dedicaron a cortar a los trolls como a la mantequilla, haciendo huir a los escasos supervivientes… quienes, antes de morir, amargaron la alegría al general Jaume al provocar un par de heridas al mismo Marius con sus vómitos. Bueno, no se podía tener todo, y además los karros lobos huyeron del tablero por pánico. Averland recuperaba el ánimo mientras el regimiento de grandes espaderos se reorganizaba en perspectiva de la inminente carga de 40 jabalís y un épico combate contra el mismísimo kaudillo Vorag.
Los lanceros y los arcabuceros no consiguieron tumbar a la serpiente, pero sí que la obligaron a huir y la alcanzaron en su persecución. El combate de los flagelantes terminó en tablas.
En cuanto al sorprendente “encontronazo” de los trolls contra Karl Franz y la Reiksguard, los imperiales no iban a permitir que la infamia durara mucho más, reventando a los trolls (a cambio de perder a cinco camaradas), que fueron eliminados en la persecución. No obstante, el resultado no los alejó lo suficiente de una unidad de orcos negros que, después de acabar con los arqueros milicianos, se reorganizaba situándose en retaguardia del regimiento del mismo Emperador. No estaban cerca pero, si los dados les acompañaban, el próximo turno estos chikoz podían complicar mucho la vida al Imperio…
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La primera unidad de infantería de Altdorf que se movió fue en el turno 3. Un clásico. |
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"Madness, madness and stupidity" |
Vamos al centro. En el combate más importante de todos los Caballeros Pantera partieron en pedazos a muchísimos orcos, pero todo dependía de que los caballeros no perdieran a ningún efectivo para negar la impasibilidad a los orcos. Los dados rodaron, Oriol se maldijo una vez más y Sigmar salvó de nuevo la tarde (bendito Altar), haciendo huir a los orcos solo para ser aplastados bajo las pezuñas de los triunfantes caballos.
Sus colegas del Sol Llameante tampoco perdieron el tiempo, haciendo huir a los goblins y trabándose con más orcos. Por su parte, los caballeros mercenarios perdieron a muchos efectivos y quedaron empantanados en su combate junto al tanque contra unos rocosos orcos.
El ataque por el flanco de la Reiksguard a pie fue demasiado para los orcos negros, que huyeron y fueron atrapados. Por último, los flagelantes se comportaron como auténticos criminales, despachando a nada más y nada menos que ¡28 ballesteros! de un total de 30 (bendito Altar II), no pudiendo alcanzar en la persecución a los dos supervivientes. Y sí, eran los mismos que el turno anterior se habían bajado a cuatro gigantes de golpe.
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En mono de trabajo o no, los flagelantes no pierden el tiempo |
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Aunque no pueden atrapar a Ruglud y Larva. ¡Huid, cobardes! |
Por último, en el flanco este los caballeros en semigrifo cargaron al karro y lo destruyeron, quedando destrabados del titánico combate… solo para cargados cuando la serpiente persiguió a los desmoralizados lanceros. Las otras dos unidades de orcos sí quedaron fuera del combate. Justo al lado, los grandes espaderos y los lanceros trituraron a cuatro trolls, a cambio de recibir una decena de bajas, y los trolls aguantaron con L4 solo gracias a la repetición del portaestandarte de batalla.
En el extremo del tablero, el tanque quedó trabado con los snotlings, y el grifo y los flagelantes hicieron huir a los orcos negros y acabaron con ellos. Los Imperiales habían recuperado bastante terreno en este turno y eliminado a grandes unidades enemigas, pero otras muchas les esperaban en breve. ¡Nos vemos en el turno 4!
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Tranquilos, el responsable de colocar a dos flagelantes ejerciendo como marcadores ya ha sido procesado por hereje. |
Casi se puede apreciar la cara de disgusto de Ruglud cuando se da cuenta que los flagelantes no tienen armaduras para robar. Las cargas han sido de pelicula, rompiendo lineas y inspirando a los soldados de a pie. El turno 4 promete!
ResponderEliminarSí, y teniendo en cuenta las motivaciones de los mercenarios, una retirada a tiempo siempre es una victoria, aunque tenga que reclutar casi desde cero al regimiento jaja
EliminarMalditoz sonrozaoz! y maldito zu zalvaje dios Sigmar!! Por Gorko y por Morko que lo pagareiz caro!!
ResponderEliminarPobres trolls... con lo bien que lo estaban haciendo! con er jefe todo se arreglara!! ( o eso espero!!) muy muy intenso e interesante! con ganas de mas!!
Malditos trolls y maldita regeneración! Jejej gracias Khartet!
EliminarMenuda carniceria. Y siguen quedando tropas orcas por estamparse jajaja
ResponderEliminarCómo veis esta vez la posibilidad de maniobrar? Hay más espacio al ser menos puntos y unidades pero se nota en el tablero?
Estoy disfrutando mucho con el informe, muchas gracias :D
Mucho. Se notó mucho que había más espacio. Especialmente a partir del turno 4º había tanto espacio como en una partida normal. Así que otro tanto anotado para futuras grandes partidas.
EliminarA falta de 3 turnos más me atrevo a darles el MVU (Most Valuable Unit) a los flagelantes. ¡Menudo destrozo! Desde luego el fervor enloquecido es una bendición en un escenario así.
ResponderEliminarSí tío, ya son bastante infames y entrando las plegarias, casi una apisonadora!
EliminarPuf, menuda tunda está dando el Imperio. Pqrece que las fases de disparo y las de magia están siendo decisivas.
ResponderEliminarMuchas veces un bono de combate en el momento oportuno decide una partida y de momento el imperio lleva unas cuantas.
Veremos si la entrada de Vorag sirve para equilibrar la balanza, porque como esto siga así el Imperio va a acabar colonizando las Tierras Yermas.
Totalmente, Gorfang. Muchas veces pasan desapercibidos pero para mí los hechizos de potenciación/maldición son uno de los mayores cambios de 8a (y Ninth por extensión) respecto a otras versiones del juego. Pueden darle la vuelta totalmente a un combate, tienes que pensarte dos veces si cargas a esa unidad que de primeras ibas a arrollar, etc. Hoy os traemos el turno 4!
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